Inicialmente presentada en CDMX, la exposición fotográfica “Los motivos de la selva” se exhibe en la embajada de México Ottawa hasta el 21 de marzo. “Humanizar el movimiento”, el objetivo de la muestra afirma su curadora Magali Alanís
Alexy Kalam
Especial Canadá Crónica Latina
MONTREAL, 9 febrero 2025.— Organizada en el marco del 30 aniversario del levantamiento armado del Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN), esta exposición tiende un espejo solidario a las comunidades autóctonas de Chiapas. Tras una exposición inicial en el Museo San Ildefonso de la CDMX, la muestra fue presentada el verano pasado en el consulado de México en Montreal y se presenta de nuevo este año en Ottawa. Una difusión museográfica que ha sido posible gracias a la curadora Magali Alanís Rodríguez, fotógrafa que desempeña su trayectoria entre México y Canadá.

“Es desmitificar la visión que tenemos del movimiento zapatista y humanizarla, enseñar cómo se teje esta historia”. Así es cómo Magali Alanís Rodríguez define la propuesta de la muestra en la embajada de México en Ottawa.

Esta constituye un muestrario de 70 piezas de la exposición original en CDMX.
Celebrada como un éxito histórico a nivel nacional, esta exposición presentada en San Ildefonso lleva la firma del colectivo Bats’I Lab, un colectivo de fotografía de Chiapas y del cual forma parte Magali.
La curadora señala que otras ediciones podrían tener lugar en el año 2025, en Europa y luego en otras ciudades de México.
Cabe mencionar que Los motivos de la selva cuenta con las miradas de fotógrafos que son autenticas estrellas del arte a nivel nacional e internacional. Se presentan obras de José Ángel Rodríguez, Andrea Murcia, Isaac Guzmán, Vanessa García Blanca, Daliri Oropeza, Marco Antonio Cruz, Antonio Turok, así como de dos grandes pioneras de la historia de la fotografía mexicana del siglo XX, Gertrude Duby Blom y Marcella Jacobson.

Cuna de inspiración
Es en la Enseñanza, Casa de la Ciudad, espacio cultural donde se encuentra la sede de del colectivo en San Cristóbal, que tuve el honor de platicar con la artista que ha orquestado la curaduría de Los Motivos de la Selva.
Desde niña, Magali ha convivido con el arte de la fotografía.
Su papá es José Ángel Rodríguez.
Asistente de Manuel Álvarez Bravo en los años 70 y 80, el artista originario de Durango creó una obra que lo destaca como una figura imprescindible de la fotografía a nivel nacional e internacional.
Se mudó en los años 90 a Chiapas y ahí se dedicó desde entonces al trabajo fotográfico con las comunidades autóctonas.
Entonces, Magali conoce muy bien el movimiento zapatista.
“Nací en San Cristóbal. Fui a la escuela primaria en la ciudad y luego mi mamá me llevó con mi hermana a Canadá”.
Comparte que su mamá es originaria de Mattawa, un pueblo donde se habla francés en el norte de Ontario, en Canadá, y que fue a la escuela secundaria en Sudbury.
“Cada año nos veníamos por temporadas largas a San Cristóbal. Me puedo decir chiapaneca por derecho de nacimiento, pero soy de muchos lados”.

Vivió durante varios años en Montreal, donde cursó la licenciatura de Fotografía de la Universidad de Concordia. Durante la pandemia, se vino a Chiapas y decidió dedicarse al trabajo con Bats’I Lab.
En 2020, el colectivo se estableció en la Enseñanza, donde se presentaron varias exposiciones para el público de San Cristóbal.
“Bats’I Lab fue fundado por mi papá, por Pablo Farias y por Isaac Guzmán”, cuenta la artista. “Empezó como un colectivo privado para apoyarse entre fotógraf@s”.
Aparte de trabajar al desempeño de Bats’I Lab, Magali se involucra en varios proyectos artísticos, entre otros un proyecto cinematográfico con la Universidad Autónoma de Chiapas (UNACH).
¡Ya basta!
Magali cuenta que la idea de la exposición dedicada al 30 aniversario del levantamiento armado del EZLN surgió espontáneamente del trabajo histórico de Bats’I Lab.
“Quisimos hacer un archivo fotográfico de la fotografía en Chiapas, desde los años 1940”.
La exposición cuenta de por sí con fotografías muy antiguas y se abre con las de Getrudis Duby Blom, conocida como Trudy. Ella es una fotógrafa suiza que se había destacado como periodista y militante comunista en Alemania antes de la Segunda Guerra Mundial.
Llegó a México como exiliada política y se dedicó a la fotografía.
“México fue un poco víctima de fotógraf@s que venían con una mentalidad más colonial, más extractivista, fotógraf@s que vienen y luego se van para vender las fotos, pero Trudy hace otra cosa, se compromete totalmente con las comunidades en Chiapas”.

La curadora explica que la exposición se enfoca en las comunidades.
“En Chiapas, hubo un movimiento que tiene décadas de antecedentes, es muy lejanamente que nace la semilla del zapatismo”.
Menciona que Chiapas estuvo desde antaño en la mira de proyectos coloniales, tratando de hacer encajar a las comunidades autóctonas.
Una situación de opresión que se agravaba con el neoliberalismo.
Así es ante la firma del Trato de Libre Comercio con Estados Unidos y Canadá por el entonces presidente Carlos Salinas de Gortari, que tuvo lugar el levantamiento zapatista, en la víspera del Año Nuevo de 1994.
Una rebelión histórica
“Los zapatistas dijeron basta, nuestras ideas no pertenecen a su cajita, no nos incluyen a nosotros, ¡ya basta!”
Menciona que quiso presentar una mirada nueva y actual del zapatismo.
“Solo pusimos cinco fotos de la insurrección del día 1 de enero de 1994 en la mampara, imágenes muy icónicas”.
Advierte que la recuperación política de las imágenes puede ser engañosa y que lo enseña la historia de Quebec.
“Durante la inauguración de Montreal, la profesora Emmanuelle Dufour nos contó que se usaron mucho fotos ensañando armas durante la crisis de Oka en 1990, para crear un tipo de propaganda en contra de la comunidad indígena y para que la gente apoyará la represión por parte del gobierno de Quebec”.
Otra historia
Si bien la exposición se destaca por su diversidad, el sentido social de sus fotos conlleva una firma evocando el fotoperiodismo.
“Eso es algo que abarcamos en las exposiciones de Bats’I Lab, siempre fue nuestro propósito hacer un fotoperiodismo independiente y muy artístico”.
Indica que se trata de un trabajo que suele superar ciertas cajas conceptuales, las cuales tienen como efecto de restringir el trabajo fotográfico a categorías rígidas.
“Si no es arte contemporáneo, es National Geographic”, ironiza la curadora en cuanto a ciertas corrientes dominantes en Montreal.
“Algo que me gusta mucho de Bats’I Lab es que convergen estas dos miradas, estas dos perspectivas y lo que hace este encuentro es que provoca un cambio social positivo. Creo que es algo muy especifico al fotoperiodismo mexicano y es porque existe la necesidad de usar la fotografía como herramienta social, política, humanista”.

Un trabajo fundamentalmente social
“Ahí viene un choque entre formas de hacer arte porque en lugares como Canadá o Europa, el arte se tiende a hacer de forma más individual, mientras que aquí se necesita colectividad”.
Indica que la relación de confianza es esencial para lograrlo.
“El hecho de relacionarse con las personas por la fotografía es un compromiso social”.
Y sin lugar dudas, este sentido del compromiso es un elemento que se destaca en las obras de Andrea Murcia, José Ángel Rodríguez, Daliri Oropeza, Antonio Turok, Vanessa García Blanca, Marco Antonio Cruz e Isaac Guzmán.
“Cuando hablamos de comunidades indígenas a las que no pertenecemos, es nuestra responsabilidad ética de por lo menos asegurarnos que relación entre los fotógrafos y las comunidades sea buena, sea ética, humana y sea reciproca”.
Un sentido social que se encuentra también en la difusión.
“Una de nuestras metas es abrir espacios de dialogo alrededor de la fotografía, espacios abarcando varios puntos de vista y que crean algo inclusivo. Como dicen los zapatistas, queremos crear un mundo donde quepan muchos mundos”. Así concluye Magali Alanís Rodríguez.
La exposición estará abierta hasta el 21 de marzo de 2025 en la embajada de México en Canadá. Dirección: 45 O’Connor St. Suite 1000 Ottawa, Ontario.

“México fue un poco víctima de fotógraf@s que venían con una mentalidad más colonial, más extractivista, fotógraf@s que vienen y luego se van para vender las fotos, pero Trudy hace otra cosa, se compromete totalmente con las comunidades en Chiapas”.
“En Chiapas, hubo un movimiento que tiene décadas de antecedentes, es muy lejanamente que nace la semilla del zapatismo; Los zapatistas dijeron basta, nuestras ideas no pertenecen a su cajita, no nos incluyen a nosotros, ¡ya basta! Magali Alanís Rodríguez, curadora y fotógrafa.
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